El otro día un buen amigo me pregunto por quien votaría en las elecciones del 2006. Esta parece ser una actitud generalizada del chit-chat actual; y la parca explicación que le brindé en aquella conversación merece un análisis más profundo.
Desde que tengo edad de votar, jamás he participado como votante en una elección. Quienes votan, no solo depositan su confianza en el candidato; sino que legitiman la democracia liberal y todos sus vicios. Por que no hay que confundir. Una cosa es el concepto general de democracia y otra muy diferente es la doctrina económica del liberalismo.
Por lo tanto tampoco pienso votar por nadie en el 2006. Aunque simpatizo con AMLO, la verdad es que los gobiernos de izquierda en Europa y América latina solo han comprobado que el discurso de corte social en el contexto del capitalismo es un oxymoron. Terminan siendo mejores capataces que las derechas aplastantes y/o dictatoriales en tanto que mantienen ocupados en platitudes a los sectores de mayor efervescencia política. Las derechas radicalizan. Las izquierdas sosiegan.
Por lo tanto amigas y amigos lectores; Absténganse de votar este 2006. La política no es el partidismo. La participación política no es ir a las urnas. Toda nuestra actividad, desde que vivimos en "polis" es política. O como diría Maggie Khunn "Mi primer acto político es haber nacido"
