Trompetitas USA
El otro día me chuté el conciertito de un quinteto de metales. Bastante chida la representación, ejecutada por intérpretes no faltos de talento. Pero siendo el filosofucho de quinta que soy, no pude remontarame sobre las olas de gozo estético y disfrutar el concierto sin hacerme la siguiente chaqueta mental:
El concierto se realizó en el marco de un encuentro internacional de música y musicología. El quinteto este venía de San Diego, California, U.S.A., bién patrocinadote por el consulado gringo en Tijuana.
El programa de la noche se dividió 2 partes: La primera una progresión histórica de música européa del barroco al renacimiento. Y la segunda... CHAN CHA CHA CHAN... una selección de composiciones gabachas entre la que destacó "Western fantasy", mejor conocida como la rolita del "mundo Marlboro", de entre una serie de piezas "del oeste".
Fue hay donde dije: no me chinguen pinches gringos mamones. O sea que esto es el desenlace de la historia de la música. Mejor escúpanme en la cara. Culeros.
El asunto es que si bién no acababa de pensar esto, de pronto me di cuenta de lo imbecil de esta postura. No se tratara de un conjunto finlandez tocando su himno nacional, porque los elogios se dejarían escuchar profundos y sonoros.
Puede que haya sido la forma en que presumían sus pantallas digitales de partituras; O los chistes bobos (como salir del intermendio sin el trombón, sentarse, y despues correr por él tras bambalinas para despues comenzar a tocar justo a tiempo), pero derrepente caí en que eran ELLOS quien me caían gordos.
Me escandalicé. Su desafortunada gringura no justificaba mi chauvinsmo a la menos uno.